Empecé la semana queriendo irme a las montañas, era una de esas semanas de noticias en prensa no demasiado optimistas y unido a la proximidad del cambio de estación, me entró el bajón típico de los que vivimos en la gran ciudad. Así que durante todo un día en mi mente sólo había una única imagen, la de Heidi (mi personaje de dibujos animados preferido) saltando y riendo descalza sobre la hierba de las preciosas montañas de los Alpes suizos. Ya es viernes y los ánimos están un poco más calmados pero el deseo de huir a las montañas permanece todavía agazapado esperando el momento que, estoy segura, algún día llegará. Mientras tanto me conformo con pensar, desear y encontrar imágenes que me acercan a ella un poquito más. Por eso la boda de hoy tiene lugar en un bello paraje de las montañas de Oregón, en un entorno rústico precioso decorado por la belleza de lo simple y natural. Madera envejecida, caminos de mesa de lino, cestas de mimbre y tarros de cristal con flores silvestres en su interior son los protagonistas indiscutibles de esta romántica boda. El fondo de ceremonia se confeccionó con ramas y flores dispuestas a modo de arco pero quizás lo que más impresiona no es el fondo en sí sino la visión, a lo lejos, de la cumbre de la montaña todavía nevada. Una mesa con recuerdos familiares y fotografías antiguas donde los invitados pueden dejar su mensaje a los novios, preside un rincón del jardín, donde se han dispuesto grandes barricas de vino a modo de mesas para el aperitivo. La tarta se ha decorado con las mismas flores que adornan las mesas y todos los elementos respiran la simpleza de lo natural. Me ha gustado mucho el recogido de la novia, sujeto por tres pequeñas rosas naranjas que hacen juego con el ramo y con la combinación cromática que decora toda la boda y también su vestido de Claire Pettibone, una de mis diseñadoras favoritas. Pero os dejo que disfrutéis de las imágenes, sobre todo de la secuencia donde los novios y la naturaleza son los protagonistas y si tenéis algún árbol cerca abrazadlo bien fuerte e inundaros de su energía…

Fotografía: Hazelwood Photo