Su amor por la familia, los amigos, los gatos y el estilo hippy de los años 70 marcaron el leitmotiv de su boda y es que Sophie e Ivar son unos amantes de la vida natural. Celebrada en los Países Bajos, se arriesgaron con una ceremonia al aire libre pero ellos querían transmitir lo que eran y su forma de amarse, por lo que no les preocupaba en exceso que la lluvia apareciese en un momento dado de la boda, quizás ese amor por la naturaleza fue lo que les premió regalándoles unos hermosos cielos nublados intercalados con intensos rayos de sol durante todo el día. Su boda fue una auténtica boda handmade ya que todo se lo hicieron ellos mismos con ayuda de sus familiares y amigos. Sophie diseñó su propio vestido de novia de aire bohemio que conjuntó con unos zapatos de Chie Mihara, brazaletes de oro gruesos y una sencilla corona floral a modo de tocado. Ivar se decantó por un traje azul con corbata verde hierba y recogió su pelo en una coleta masculina que más tarde se soltaría para disfrutar mejor de la fiesta. La ceremonia, íntima y bohemia, tuvo lugar en medio de un impresionante prado junto a un tipi que al finalizar el día se convertiría en su habitación de recién casados. Puede haber algo más romántico? Toda la decoración fue obra de los novios, incluso compraron uno a uno los platos y la vajilla que utilizarían para la cena, recorriéndose un montón de tiendas de segunda mano y combinando a la perfección cada detalle. Hasta el banco de mimbre donde los dos se sentaron durante la ceremonia fue elegido por la pareja. Las mesas se dispusieron en línea y se decoraron con sencillos jarrones transparentes de flores naturales combinados con candelabros antiguos de vela blanca que al caer la noche hicieron más íntimo si cabe el ambiente. Como anécdota, la de las alianzas de boda, realizadas con un anillo de la bisabuela de Sophie dividido en dos mitades para que ambos pudieran compartirlo el resto de su vida. Y, para finalizar y después de un día inolvidable todos los invitados pudieron compartir junto a los novios esa primera noche acampando en el mismo prado donde había tenido lugar la boda. The End.

Fotografía: Melissa Milis Photography