PAULA & PERE: DULCE AMOR
Si os he de decir por qué me decidí a publicar la boda de Paula y Pere fue por la dulzura que me inspiró Paula desde el minuto uno. Luego me fui enamorando de cada detalle de su boda pero fue ella la que realmente me captó desde el principio. Paula es de esas novias de rasgos suaves, mejillas sonrosadas, ojos transparentes y una mirada entre tímida y dulce que hace que parezca todavía la niña que un día fue. Su amor por Pere es tan dulce y joven como ella, ya que se enamoraron cuando cumplió su mayoría de edad, en uno de esos viajes planeados durante años en época adolescente, un Interrail por toda Europa junto a sus mejores amigos. Fue precisamente el mejor amigo de Paula el que los presentó y posteriormente se convertiría en su padrino de boda. El lugar elegido para su enlace fue el más especial, una antigua masía fortificada del s. XV situada en el Alt Empordà que pertenece a la familia de Paula desde hace ya 650 años y que su padre ha ido rehabilitando a lo largo de toda su vida. Cortal Gran es el hogar de la familia desde el año 2000 y el proyecto de vida de la pareja desde el 2011 ya que se dedican a organizar bodas juntos. Así que cuando ambos se prometieron no hubo ninguna duda, se casarían en casa, rodeados de los suyos. La boda se celebró en el Monasterio de Sant Miquel de Fluvià y Paula lució un romántico diseño de Santos Costura, nadie mejor que él para transmitir la personalidad de la novia, a juego con un sencillo ramo de peonías, rosas y eucalipto y como recogido una trenza espigada con flores secas, las mismas que lucían las amigas de la novia en sus coronas. Maite Mach fue la encargada de toda la decoración, transformaron la masía inundándola de flores y más flores, carteles divertidos, una bañera de cerveza bien fresquita, un pastel nupcial presentado en una antigua cama de hierro y muchas velas y mientras todos los invitados cenaban, reconvirtieron la entrada de la fortaleza en una discoteca con una gran lámpara de araña que caía del cielo. Una gran sorpresa para todos. Otro de los puntos fuertes de la boda fue el menú servido por el Chef Jordi Jacas de El Molí de l’Escala, con un aperitivo presentado a modo de un gran mercado con 10 buffets diferentes y una barra libre de Sushi, un banquete exquisito y como postre un riquísimo Carrot Cake al más puro estilo americano. La música también estuvo muy presente en esta boda tan especial y formó parte importante en algunos momentos clave, el primero la noche anterior a la boda en la que Paula cenó con sus mejores amigas y las dejó con la boda abierta con un inesperado concierto de William Taylor and Co, que las sorprendió en plena cena con la canción ‘Forever Young’. El segundo momento especial fue durante el aperitivo y con la misma banda de pop-rock, momento que Paula aprovechó para subirse al escenario e interpretar a la batería la canción de ‘No puedo vivir sin ti’ de Los Ronaldos dedicada a Pere. Tras el aperitivo y antes de empezar a cenar, los novios prepararon una coreografía junto a varias personas muy cercanas que dejaron a todos los invitados perplejos y, por último, Paula y Pere abrieron el baile nupcial con ‘A Thousand years’ de Christina Perri, una canción que estuvo muy presente en la pedida de mano y durante todo el año de preparación de la boda y que bailaron como profesionales gracias a las clases de Vanessa de Baila tu Boda. Y creo que nada más puedo decir de esta boda que como os he dicho al principio me atrapó por la dulzura de Paula y poco a poco por todos y cada uno de sus detalles especiales. Espero que la disfrutéis.
Fotografía: Manel Tamayo Wedding Photographer