UNA BODA DE INVIERNO EN LA MONTAÑA
Hojas de álamo dorado salpican el horizonte del bosque junto a frondosos pinos cubiertos de nieve fresca, una estampa navideña que da pie al editorial de hoy. Una boda íntima en una pequeña cabaña de madera situada en plena montaña, rodeada de un paisaje increíble e inspirada en el Día de Acción de Gracias, que en nuestro país vendría a ser lo más parecido a nuestra tradicional cena de Nochebuena. El olor a alcachofas a la parrilla, pollo asado y crema de calabaza se filtra por la ventana y provoca un ambiente festivo de celebración aderezado con la decoración de la mesa de madera noble que se ha cubierto con un camino de mesa de ganchillo para darle calidez al tiempo que tradición. Los vestigios del pasado podemos encontrarlos también en los candelabros de oro envejecido a juego con el ribete dorado de la vajilla de porcelana y la cristalería tallada.
La combinación de tonalidades y texturas más oscuras, que serán tendencia en las bodas de la próxima temporada, junto a los toques de amarillo y oro y los arreglos florales en los mismos tonos, aportan color a la estancia.
Como detalle para los invitados se ha colocado sobre cada plato una tableta de chocolate puro y el postre lo protagoniza una sencilla tarta blanca cubierta de pera y caramelo. El estilismo de la novia, con un vestido de caída suave, cuello alto y mangas abullonadas y un recogido desenfadado con flores del mismo ramo, llena de romanticismo esta preciosa postal navideña que se completa con el detalle final, el coche clásico en negro brillante decorado con flores y ramas de álamo dorado que destacan sobre el blanco impoluto de la nieve.
Fotografía: Alixann Loosle Photography