Hay bodas que sin saber muy bien porqué se te quedan grabadas en la retina y al cabo de un tiempo vuelven a tu memoria de manera inesperada, aunque hayan pasado meses, incluso años, desde que las descubriste por primera vez. Esta semana me ha sucedido algo así con la boda que hoy os comparto. No es una boda reciente ni actual pero apuesto a que nadie lo diría, para mí sigue teniendo la misma magia que me transmitió el día que la descubrí. Es de esas bodas que guardas para publicar en algún momento y se quedan ahí olvidadas hasta que un día vuelven a ti, así que creo que ha llegado el momento de compartirla con vosotros. Emma y Chris celebraron su boda en abril y ya sabéis que es una fecha que si por algo se caracteriza es por la lluvia. Pero a ellos no sólo no les importó, sino que a pesar del pronóstico del tiempo, hicieron realidad sus planes de casarse al aire libre. Y es que el espacio que eligieron era espectacular. La ceremonia tuvo lugar en un helipuerto circular en la ladera de las montañas de Malibú, con vistas panorámicas de 360 grados, nubes bajas y un cielo cambiante que acabó convirtiéndose en el escenario perfecto para la boda, decorada con rosas blancas  acabadas en un arco, una alfombra vintage y sillas de madera para los invitados. Una decoración romántica con un toque moderno, tal y como querían los novios. Caminar por el pasillo en dirección hacia el altar con Sea of Love de Cat Power como música de fondo y la niebla flotando a su paso, fue algo mágico e indescriptible para Emma. La novia lució un impresionante vestido de Inbal Dror, con pedrería y semitransparencias. Quería un diseño elegante y femenino pero que a la vez le permitiera bailar toda la noche y disfrutar cómodamente del día, por eso, y debido a su altura, eligió como calzado unas bailarinas de ballet en rosa empolvado que le permitieron aguantar hasta altas horas sin un ápice de cansancio. La parte superior del velo la personalizó con flores, recogiendo el cabello en un moño bajo para la ceremonia y decantándose más tarde por una melena suelta y desenfadada que lució en el momento de la fiesta. La decoración tuvo como principal protagonista las flores preferidas de Emma, rosas silvestres, amapolas, geranios y heleborus. Estaban por todo el espacio y fueron parte importante de la decoración del banquete, en el que se dispusieron varias mesas desnudas de madera cubiertas por flores silvestres que caían en cascada y velas a distintas alturas combinadas con una elegante cristalería vintage con borde dorado. Un contraste perfectamente estudiado que consiguió dar a toda la composición un cuidado ambiente bohemio de refinada elegancia. Para finalizar, disfrutaron de una increíble banda de música en directo que le agregó mucha energía a la fiesta tocando una mezcla ecléctica de música de los últimos treinta años que izo vibrar a todos los invitados en una noche perfecta que se prolongó hasta el amanecer.

Fotografía: Nancy Neil / Wedding Planner: Aaron Hartselle de Bash Please / Vestido novia: Inbal Dror / Zapatos: Topshop / Vestidos Damas de Honor: Satsre local y Zara / Zapatos Damas de Honor: Gianvito Rossi / Traje novio: Tom Ford / Alianzas: Berganza / Peluquería: Salon Benjamin / Maquillaje: Yasuko Shapiro / Flores: Hayden Blest & Brrch / Catering: Whoa Nelly Catering / Bar: Pharmacie / Celebrante: Catherine Quin / Espacio: Malibu Rocky Oaks