Cuando creé el blog, hace ya casi diez años, me pareció importante mantener una línea estética y editorial en las publicaciones acorde con lo que quería transmitir en él, pero dejando siempre una ventana abierta a la creatividad, a contenido diferente y a la originalidad. Un espacio en el que toda idea, por loca que pareciera, tuviera cabida. Hoy os traigo algo así, una sesión muy cañera, organizada por el equipo de Con Velo y a lo Loco, que nace con el objetivo de crear un nuevo concepto de boda dirigida a las nuevas generaciones que apuestan por lo alternativo y diferente, unas generaciones rompedoras de normas y sin prejuicios, con un toque rockero y motero que les transfiere ese aire transgresor.

Es innegable que cada vez son más los novios que buscan personalizar su boda al máximo, decantándose por bodas informales que se transforman en auténticas fiestas, huyendo de protocolos innecesarios e intentando que su gran día transmita todo su espíritu.

Buscan, ante todo, ser ellos mismos, únicos e inconfundibles, y compartir esa felicidad de la manera más auténtica posible, con sus amigos y familiares. La sesión de hoy es un claro ejemplo de ello. Tuvo lugar en las minas de Río Tinto, un espacio característico por sus colores de tierras grisáceas, rojizas y blancas, con unos tonos que encajaban perfectamente con el pantone elegido para el shooting. La magia del entorno de sus ruinas y tierras excavadas ayudó a crear una atmósfera perfecta, un paisaje con escasa vegetación, de ambiente desértico y decadente. El estilismo de los novios destila ese aire rockero e informal con un toque transgresor que se da también en los complementos, sobre todo en los de la novia, como el ramo o el tocado, ambos en tonos cálidos y oscuros, con detalles muy cañeros como las plumas o los anillos de calavera. Para protagonizar la sesión se buscó una pareja real que tuviese su propia moto Harley Davidson, con el objetivo de transmitir la máxima complicidad a la hora de los momentos más íntimos y canallas. Toda la decoración sigue una línea estética uniforme con ausencia de flores, jugando mucho con las texturas y moviéndose en tonos beige, verdes grisáceos y negro, adaptándose al paisaje y fundiéndose con él. Al caer la noche, la tenue luz de las velas y el neón de fondo propician un espacio de intimidad y romanticismo a partes iguales que suaviza un poco el alma cañera de un editorial que estoy segura no va a dejar a nadie indiferente.

Fotografía y Vídeo: Rosseblanc / Organización y diseño: Con Velo y a lo Loco / Vestidos novia: L’Avetis / Traje novio: Bourbon Novios / Flores: Nubes de Azahar / MUAH: NuriaVilla Makeup / Neón: Lumiere Soul/ Modelos: Zaida y Álex