Se acerca Acción de Gracias, lo que viene siendo el pistoletazo de salida hacia las fiestas navideñas. Como sé que muchas de vosotras celebráis en casa esta tradición americana, he querido recrear en esta ocasión un almuerzo pero con un toque diferente. Así que buscando inspiración di con esta presentación a la que se le ha dado un aire chic francés que me ha parecido ideal. El objetivo es recrear esa sensación que se siente cuando cenas en un restaurante parisino donde las velas brillan hasta altas horas de la noche, la vajilla parece sacada de un castillo del siglo pasado y el champán riega las copas haciendo que el tiempo pase sin apenas darnos cuenta. En realidad es una misma mesa pero con tres posibles presentaciones diferentes. Todas ellas creadas con la misma paleta de colores, teniendo al marrón como color principal en distintas tonalidades y apoyado siempre por los tonos crema. Presiden la primera mesa unos grandes jarrones acanalados en color marrón utilizados como candelabros lo que consigue que al encenderlos la mesa desprenda mucho brillo, aunque apagados lucen igual de bonitos. La pieza floral central parece sacada de una pintura renacentista, mientras que los vasos de mostaza decorados con hierbas silvestres contrarrestan la formalidad del arreglo favoreciendo un escenario clásico y tremendamente romántico. La segunda mesa se compone de varios arreglos más pequeños, también en vasos de mostaza, que reemplazan la pieza central más grande, dejando espacio en la mesa para los aperitivos. Automáticamente el ambiente cambia y se vuelve más natural. Los platos de aspecto vintage con bordes en oro viejo y la cristalería de tallos estriados, imitando el estilo de las votivas, junto a la cubertería de plata deslustrada y las servilletas de lino, crean un ambiente exclusivo y muy especial. Para los servilleteros se han utilizado unos viejos anillos de madera para cortinas, pintados en blanco roto. Una idea sencilla que podéis hacer vosotras mismas para cualquier ocasión. Y, para finalizar, el tercer escenario incluye más votivas en la mesa y se vuelve a recuperar la pieza floral central, dejando algún pequeño arreglo silvestre. Soy de la opinión de que nunca hay demasiadas velas y la forma en que la luz se refleja en los platos va creando un ambiente mágico a medida que avanza el almuerzo, favoreciendo una relajada sobremesa. Respecto al catering, lógicamente se trata de un menú de inspiración francesa formado por gougéres de gruyére y tartas de cebolla y en el que, por supuesto, no podían faltar el queso, el pan y las ostras. Espero que lo disfrutéis.

Concepto y diseño: Cassandra LaValle / Decoración floral: Bleedfoot Florals / Fotografía: Meghan Klein