En abril, aguas mil
La verdad es que este mes de abril está haciendo honor al dicho y cada mañana, cuando me levanto, lo primero que hago es mirar por la ventana para ver qué tiempo hace. Hoy, como ayer, el cielo ha amanecido nublado y las previsiones para mañana parece que no mejoran. En un mes como este, que ya empiezan a sonar campanas de boda por las iglesias y juzgados, no puedo evitar pensar en la novia que a un día de su boda no deja de mirar al cielo temiendo que la lluvia caiga sin piedad sobre su día más soñado. Pero como soy de las que siempre ve el vaso medio lleno, pienso que hay que darle la vuelta a las situaciones inesperadas y enfrentarse a ellas con una sonrisa. El post de hoy va precisamente de eso, de la combinación imperfecta de lluvia y boda. Se trata de un reportaje muy divertido donde las nubes de algodón, las botas de agua y las guirnaldas de gotas de lluvia, son las protagonistas. Me he divertido mucho viendo las fotografías y por las caras de sus protagonistas me huelo que ellos también. No os perdáis ningún detalle porque el ‘mal tiempo’ está presente de principio a fin, en las invitaciones, en los ramos de la novia y sus damas de honor con forma de gran nube de algodón de colores, en el pastel nupcial, en las guirnaldas con pompones blancos o en las nubes de las cañitas de los refrescos… ¡hasta el florero tiene forma de botas de agua! Así que ya lo sabéis, si el día de vuestra boda se pone a llover, tened a mano unas buenas botas de agua, un paraguas divertido y muuuuuchas ganas de pasároslo bien. Porque como también reza otro dicho castellano: ‘Boda lluviosa, boda dichosa’.
Fotografía: Kate Connolly