La revolución del craft, del ganchillo o del crochet, liderada por la filosofía do it yourself ha tomado las calles, las cafeterías e incluso hasta las bodas. Nos encontramos ante un nuevo estilo de vida que vuelve a lo tradicional, a lo artesano, a todo aquello que huele a trabajo de calidad, a mesa camilla y a tardes de labores en compañía. He pasado toda mi infancia rodeada precisamente de eso y es ahora cuando me doy cuenta de que es lo que más echo de menos. Ya sabéis que uno de mis propósitos para este nuevo año era iniciar algún curso de crochet y no os creáis que lo he olvidado, estoy en ello aunque es difícil cuadrar trabajo, familia y ocio, pero lo conseguiré. Hoy quiero hablaros de un elemento que tiene mucho que ver con el mundo de las labores y que siempre me ha gustado pero desde que descubrí los cientos de usos y aplicaciones que podemos darle todavía me gusta más, se trata del bastidor. Lo podéis incorporar a vuestra boda como protagonista de múltiples opciones, a mí me gustan todas. Como elemento decorativo puede adornar una pared, una zona tipo chill-out, el techo de una carpa, una candy bar e incluso las sillas de la ceremonia. También podéis bordar sobre él la numeración de las mesas y si utilizáis uno de menor tamaño hasta os puede servir de sitting de mesa. A mí particularmente me encanta la idea de convertirlo en porta alianzas, es muy fácil de llevar y no hay peligro de que se caigan los anillos ya que van sujetos a un lacito junto al nombre o las iniciales de los novios y la fecha de la boda. Si no sois muy manitas, esta última opción podéis encontrarla en nuestra tienda on-line. Además es un elemento que después de la boda os puede servir para decorar vuestro nuevo hogar, le dará un aire mucho más romántico. Seguro que os encanta y cada vez que lo veáis os recordará ese día tan especial. Yo os lo recomiendo, la revolución del ganchillo no ha hecho más que empezar!
Fotografías: Oh lovely day, Charmingly domestic, Max Wanger, Stephanie Cristalli, Love and lavender, Le frufrú