Es como si cada una de estas flores portase la esencia precisa para crecer en este lugar en el mundo, desafiando su suerte y reivindicando lo que las diferencia, lo que las hace únicas. A partir de una semilla, que es la promesa de lo que llegarán a ser, brotan cada año en las dunas salpicando la arena y anticipando la primavera: anuncian un nuevo comienzo, un nuevo amanecer. Belén Barbero.
Partiendo de esta base de renacimiento y vuelta a la vida, la nueva colección cápsula se articula en torno a tres elementos básicos: la sorpresa, los patrones sinuosos y pliegues y recogidos. Pequeños detalles salpican los vestidos jugando a sorprender, como los bordados artesanales de inspiración floral trabajados minuciosamente con piedra, organza y terciopelo o el plumeti con efecto copos de nieve que tamiza delicadamente la piel. Delicadas siluetas acarician el cuerpo femenino, resaltando la cintura e invitando al movimiento, en unos casos a través de volúmenes muy ligeros y en otros gracias a la caída rotunda del crep satén. Frunces, drapeados y pliegues geométricos en abanico aportan profundidad y destreza técnica a cada uno de los patrones, ejecutados con una precisión armónica y perfecta, con la seguridad de la semilla que, año tras año, vuelve a renacer dando paso a una primavera llena de vida iluminada por la mágica luz del amanecer.
Fotografía: Juan Villasante / Vestidos: Beba’s/ MUAH: Regina Capdevila / Pendientes: Daniel Espinosa / Zapatos: Just Ene / Finca: Aal Cachucho / Flores: Flores en el Columpio