En los últimos tiempos hemos visto cómo ha ido evolucionando el ramo de la novia. Lo que en un principio empezó siendo un pequeño bouquet floral, ha sufrido cambios y modificaciones en función del tiempo y de la moda. De esta manera ha habido épocas en las que al ramo apenas se le ha dado importancia y otras en las que el protagonismo era innegable. Aparecieron los ramos en cascada, los de grandes dimensiones, también llamados XXL, los aros o coronas florales, los ramos liofilizados compuestos por flores preservadas, incluso se llegó a sustituir el ramo por algún otro complemento como el clutch. Hoy os propongo una nueva modalidad de ramo o más que ramo, de cómo llevar las flores el día de vuestra boda. Es una opción ideal para una boda campestre, de primavera o verano, ya que la idea es que la novia se olvide del típico ramo de flores y lo sustituya por un cesto o capazo de mimbre con las flores que más le gusten. Se puede apostar por un único tipo de flor o combinar distintas especies florales. Lo mismo ocurre con las tonalidades, que pueden ser flores de un mismo color para dar uniformidad a la composición o de colores diferentes pero que armonicen el conjunto. Os dejo con varias ideas y cestos de diversos tamaños para que os decantéis por la que más encaje con vuestro gusto y personalidad. Espero que os encante la propuesta.
Fotografía: Kristin Lavoie Photography, Bitter Sweet Colours, This is Glamorous, Molly Carr Photography, Julia Berolzheimer, Joanne Fleming Design, Divine Atelier