Las pasadas vacaciones, con motivo de las fiestas navideñas, pensé en hacer un post sobre vestidos de novia dorados. En alguna ocasión he recibido mails preguntándome al respecto y siempre he contestado lo mismo, a mí me encanta el brillo, pero en su medida justa. Y si algo tienen los tonos metalizados es que levantan las mismas pasiones que reticencias, por eso hay que ser muy cauta a la hora de elegirlos, sobre todo para vestiros de novia. Por suerte, y aunque el blanco en todas su variedad de tonalidades, sigue siendo el color estrella en vestidos de novia, cada vez hay más novias que se atreven a llevar un toque de color en su estilismo. Lo que es importante tener en cuenta es el lugar elegido, tanto para la ceremonia como para la celebración posterior y el tipo de boda que queréis celebrar.

El dorado es un tono que da mucho juego, pudiendo ir de muy estridente a tonalidades más suaves y puede variar mucho en función del tipo de tejido que escojáis para lucirlo.

Podéis llevarlo a su máximo extremo utilizándolo en la totalidad del vestido o podéis jugar con alguna aplicación o detalle sobre el mismo, sin perder de vista nunca vuestro estilo habitual. En el primer caso, el estilismo iría más con un tipo de boda Glam pensado para una novia más extremada y, el segundo, sería más apropiado para una boda más sencilla con toques románticos. A veces nos pasa también que queremos pero no nos atrevemos, en este caso, quizás la mejor opción sería utilizar el dorado para un segundo vestido, de aire más festivo, que podéis lucir a la hora del baile. De esa manera conseguiremos un estilo de novia más tradicional durante la ceremonia y el banquete y nos podremos permitir la licencia del brillo para el momento de la fiesta. ¿Quién se anima?

Fotografía: Nadia Hung Photography, Love Katie + Sarah, Enuel Viera, Tori and Sal, Amber Gress, Amanda K Photo Art, Pinterest