Una misma novia, con dos estilismos diferentes, protagoniza el editorial de hoy en un contraste que demuestra cómo se puede proyectar un determinado estilo en función del vestido elegido para el día de la boda. La primera, una novia con toques victorianos, romántica y delicada, que nos traslada al siglo XIX y al romanticismo propio de la época. Luce un original diseño de Alicia Rueda con abertura en la espalda y ribetes negros en mangas, escote y cintura que le otorga un aspecto inicial más recatado pero que al mismo tiempo rompe con el detalle transgresor de la manicura en negro. Los zapatos de terciopelo en color verde musgo y el pequeño ramo de flores salpicado de tonos rojizos diluye la linealidad del conjunto poniendo el toque de color que transforma por completo el estilismo inicial.
El espacio elegido para la sesión, un romántico rincón decorado con mobiliario de época y mesas afrancesadas, recreado bajo un precioso encinar en los alrededores del Palacio del Infante Don Luis, consigue trasladarnos a un pasado lleno de historia.
La segunda parte del editorial presenta una novia más sofisticada, sobria y elegante, que luce un impecable diseño de líneas puras y rectas con detalles en las mangas a modo de lazada que hace las funciones de media capa lateral. Un vestido muy volátil que juega a favor de la feminidad de una novia segura de sí misma. En este caso el ramo mantiene el mismo juego de color inicial rompiendo el tono lineal del vestido pero destacando esta vez un maquillaje más elaborado que, junto al recogido trenzado y la diadema en forma de cadena, muestran una novia exquisita y refinada que sabe lo que quiere. Dos estilos distintos para dos novias totalmente diferentes. ¿Con cuál os quedáis?
Fotografía: Niko Estudio / Vestidos: Alicia Rueda Atelier / Zapatos: Silvia Lago / Joyas: Apodemia / Mobiliario: Memorias del Ayer / Papelería: Clara Susanna / Repostería: Auxai Tartas y más / MUAH: Marina López / Modelo: Andrea Antolín / Ramos: Amanda López Decoraciones / Wedding Planner, organización y dirección creativa: Sí quiero, Julieta