BRUNCH PARA UN SAN VALENTÍN EN CASA
Este año en el que cualquier celebración parece poco menos que una misión imposible y que lo más sensato es salir lo menos posible de casa, os invito a que sorprendáis a vuestra pareja el día de San Valentín con un brunch casero. Pero nada de una tostada quemada con un aguacate mal puesto, no, hay que currárselo mucho porque el amor hay que cuidarlo y en tiempos de pandemia todavía más si cabe. Habéis pasado juntos un año muy difícil, probablemente el más complicado que nos ha tocado vivir a la humanidad en los últimos tiempos, un año en el que algunos de vosotros os habéis visto obligados a posponer vuestra boda o vuestra luna de miel, un año en el que todos nuestros planes han quedado aparcados a la espera de poder retomarlos no se sabe cuándo. Por eso hay que celebrar el amor y la vida, seguimos aquí, juntos, y eso es lo más importante. En el post de hoy veréis una idea de lo que podéis preparar a vuestra pareja en casa, para pasar el San Valentín confinado más romántico de todos los tiempos, pero esta es sólo una idea, por supuesto que lo ideal es que la adaptéis a vuestros propios gustos y necesidades y, sobre todo, a los de vuestra pareja. En este caso se ha optado por una decoración sencilla de aire rústico en tonos muy neutros, con blancos y sutiles dorados. Todo gira en torno a un buffet de postres muy dulce en el que no faltan exquisitos detalles tanto en la manera de presentarlos como en la composición. Dulces caseros que podéis hornear vosotros mismos o encargar a vuestra pastelería preferida. Oreos dorados, mini pastelitos de cheesecake, galletas de fondant, zumos y muffins. Todo presentado sobre un aparador de comedor, como muchos de nosotros tenemos en casa, aunque por supuesto podéis presentarlo en una mesa o incluso en el exterior si sois de los afortunados que contáis con jardín en vuestro hogar. Una sencilla vajilla de porcelana blanca sobre una base de madera y cubertería dorada con jarrones de cristal transparente y combinaciones florales muy suaves en tonos blancos y rosas con un toque de verde, completan la decoración coronada por una composición de alas etéreas hechas a mano en honor a Cupido. La tarta, en distintos tonos de rosa, da el toque final romántico que toda celebración de San Valentín debe tener. Podéis aprovechar el cake topper para dejar un mensaje amoroso a vuestra pareja. Espero que os animéis a hacerlo y que lo disfrutéis muchísimo. Os lo debéis y os lo merecéis…
Fotografía: Natalie Spencer Photography / Idea y diseño: Darling & Daisy