DESAYUNO DE AÑO NUEVO
Imagino que todos tendréis varios grupos de whatsapp que sobre todo estos días están más activos que de costumbre y es que la Navidad, como la primavera, altera la sangre, los corazones, las palabras y las relaciones. Pues bien, yo tengo uno con los amigos del verano que lleva por nombre ‘Café a las doce’ porque suele ser la hora a la que quedamos para tomar un café o lo que se preste las noches de agosto durante las vacaciones y estos días nuestro chat anda algo revolucionado y la verdad es que podría decirse que todo empezó por un desayuno. Soy de las afortunadas que los fines de semana desayunan en la cama, desde que conocí a Ángel, mi marido, siempre ha sido así y aunque ahora seamos cuatro, nuestras costumbres no han cambiado y no ha dejado de traerme el desayuno a la cama ni un solo fin de semana. Como imaginaréis, este hecho ha dado pie a comentarios de todo tipo, sobre todo entre el grupito de ‘ellos’, por eso no me gustaría acabar el año sin rendir mi particular homenaje a todas esas parejas que comparten desayuno rodeadas de almohadas y edredones alimentando de esta manera cuerpo y alma y animar a las que todavía no lo han probado a que lo practiquen, seguro que descubren una nueva forma de disfrutar juntos alrededor de una taza de café bien calentito. Pero si hay una mañana que me gusta especialmente desayunar en la cama es la de Año Nuevo, es perfecta para iniciarse en esta sana costumbre y para animaros y, por qué no decirlo, también a modo de indirecta (Ángel, ya lo sabes), os he traído un tutorial para chuparse los dedos. Podéis seguirlo al pie de la letra haciendo vosotros mismos con paciencia todos los pasos o podéis ir a lo práctico (sobre todo si habéis salido la noche anterior), utilizando ingredientes que ya estén hechos previamente, como el chocolate caliente. Y da igual que sea él o tú misma la que lo prepare, lo importante es compartirlo juntos todos los fines de semana del año. Vais a necesitar (para 8/12 pax): 4 Latas de leche de coco, 2 Latas de leche condensada, 225grs de Chocolate negro de alta calidad, ¼ Taza de cacao en polvo, 2 Cucharaditas de extracto de vainilla, 2 Cucharaditas de extracto de coco, ¼ Cucharadita de sal, ½ Taza de copos de coco o en su defecto coco rallado, 1 Lata de crema batida o crema de coco, Malvaviscos (nubes de algodón) y unas gotitas de Baileys (o cualquier otro licor).
1. Añadir la leche de coco, la leche condensada, el extracto de vainilla y el de coco en una olla de barro y batir.
2. Agregar la sal, el cacao en polvo y el chocolate, batiendo todo de nuevo. Tapar y cocinar a fuego lento durante dos horas.
3. Hay que ir removiendo y batiendo cada 15 minutos, asegurándonos de que el chocolate se derrite muy bien y se distribuye a fondo toda la mezcla.
4. Antes de servir verter los copos de coco en una cacerola pequeña y calentar a fuego lento, removiendo con una cuchara de madera durante unos 5/6 minutos hasta que se doren. Dejar enfriar e introducir en una bolsa de papel o plástico y aplastarlos con cuidado.
5. Para servir untar los bordes de las tazas con glaseado y sumergirlas boca abajo en los copos de coco tostado presionando suavemente hasta que queden bien adheridos.
6. Verter el chocolate caliente en las tazas y decorar con crema batida y malvaviscos.
7. Si lo deseáis podéis añadir también unas gotitas de Baileys o cualquier otro licor que os guste.
Y ya está! Sólo verlo apetece esconderse entre edredones y compartirlo en pareja. Os animáis?