Es frecuente y habitual realizar una prueba de menú antes de la boda para decidir lo que se va a servir durante el almuerzo o la cena y comprobar la calidad del mismo. Suele ayudar a los novios a decidirse por un plato u otro, aunque a veces es más difícil de lo que parece. Pero, ¿habéis asistido alguna vez a una prueba de postres? Cuando lo dulce se convierte en una prioridad para los novios, casi mayor que el resto de platos, se hace necesaria una ‘exclusiva’ y concienzuda prueba de postres. Os dejo con una muy divertida que se planteó como un pic-nic en el campo, veréis que no falta detalle en la mesa: hay galletas, nubes de algodón, chocolate caliente, torta, surtido de bombones, pastelitos e incluso pastel de merengue. No hace falta deciros cómo acabaron los novios después de la prueba, es fácil de imaginar ¿verdad?
Fotografía: Limelight Photography