El otoño siempre me ha parecido una época ideal para casarse, incluso al aire libre. Con suerte, si la temporada ha sido calurosa, todavía hay lugares maravillosos en los que poder disfrutar del sol templado que da la época a media mañana o a primera hora de la tarde. Además, el otoño ofrece siempre unos paisajes espectaculares con bosques llenos de contrastes y una cálida gama de colores que van desde el verde más oscuro hasta el amarillo, pasando por toda una gama de ocres y granates que tiñen valles y montañas dejando un rastro tan natural como impactante. Por eso una boda en esta época del año abre, todavía más si cabe, la posibilidad de utilizar en ella una decoración lo más natural posible, con elementos propios de la temporada como pueden ser los cítricos, en particular las naranjas. De este tipo de decoración he decidido hablaros en el post de hoy, una manera sencilla de combinar elementos naturales con fruta seca para dar un toque otoñal a toda la estética de la boda. Además, podéis secar la fruta vosotras mismas y crear composiciones a vuestro gusto. Veréis que podéis utilizarla en una gran variedad de opciones, como regalo para vuestros invitados, sitting de mesa, como decoración del pastel de boda, para decorar la boda en general o un set en particular con una guirnalda o corona (en este caso sería todavía más ideal en una boda de invierno) o para dar un toque especial en las servilletas.
Fotografía: Northern Feeling, Cherry Street Blossoms, Bonnie Coumbe, The Blushing Bungalow, Claire K Creations, Cynthia Zamaria, Shelley Makes, The More We See
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