Cuando se trata de decorar una boda me encanta jugar con diferentes gamas de colores, ver las distintas posibilidades que puede ofrecer un determinado color y buscar objetos que combinen con toda la escala elegida. Las flores también son una opción perfecta que además aporta frescura al conjunto y le da ese punto de vida a la estaticidad del color. Buscando nuevas decoraciones de boda me encontré con las imágenes que ilustran este post, aunque se trata de una sesión pensada para una despedida de soltera yo la encuentro ideal para decorar una boda. Están de moda los tonos metalizados, tanto el dorado como el plateado, y la idea de mezclar el oro con un tono suave y pastel como puede ser el rosa, lo encuentro precioso y muy chic. Es una decoración pensada para novias glamourosas y muy femeninas. Veréis que para la sesión se han utilizado diferentes tipos de flores, anémonas, hortensias, ranúnculos y rosas inglesas, en tonos crema, rosas y burdeos, combinadas con soportes dorados. La mesa tiene como base un mantel de tul sobre el que se ha dispuesto una cubertería vintage a juego con una cristalería de ribetes dorados y, a modo de servilletero, se ha utilizado una flor de encaje. Un elemento que también está presente en los vestidos de las amigas de la novia, combinado con lentejuelas doradas en pantalones y blusas o purpurina en tocados y diademas. Y una especial mención para el abanico de plumas, lo encuentro ¡¡tan chic!!
Fotografía: Bon Bon Studio