Se acerca Halloween y para nosotros en Barcelona la tradicional Castañada, una época del año en la que las calabazas adquieren especial protagonismo. Buscando una sesión de inspiración por la red he encontrado esta que me ha llamado la atención por su estética onírica, ya que las fotografías parecen sacadas como de un cuento de hadas. El emplazamiento, un bosque de frondosa vegetación y la modelo con su estilismo de princesa, consiguen que todo adquiera un atisbo de irrealidad. Toda la decoración se centra en tres tonalidades, rosas, dorados y verdes, las calabazas brillantes se entremezclan con los tonos empolvados y la parte más natural la ponen las hojas y las ramas de roble. La mesa se ha diseñado siguiendo una misma línea, tomando como base un camino de mesa rústico con calabazas de distintos tamaños en tonos ocres, dorados y blancos que contrastan con las rosas y las hojas más verdes, a juego con la vajilla dorada y la cristalería con borde del mismo tono. Particularmente me gusta mucho cómo queda la mezcla de oro viejo y rosa empolvado. La novia, con corpiño de pedrería sobre falda de tul luce un velo con una corona de roble y rosas de jardín, a juego con el ramo. La luz cálida y dorada, hace que todo dé una sensación de atemporalidad y de ensueño, creando matices de luces y sombras sobre la vegetación y convirtiendo el espacio en un auténtico bosque encantado.
Fotografía: Megan Robinson Photography / Estilismo: Leslie Dawn Events