Ideas para una boda ‘slow’
Cierra los ojos… Imagina una boda donde el blanco sea el color predominante. Un entorno natural, con árboles, vistas al mar, las olas rozando las rocas al atardecer… Imagina una boda sencilla, para pocos pero no por ello menos importantes invitados. Eso es lo que hoy os propongo, una boda ligera, sin artificios, para novias dulces, minimalistas, amantes de la simplicidad y de todo lo que respire naturalidad, novias de ‘cara lavada’ diría yo. Para conseguir este tipo de boda deberemos enfocar la decoración en los pequeños detalles y en texturas naturales. Empezando por las invitaciones, que podrían ser de papel de algodón blanco a modo de carta atada con una cuerda de lino natural y sobres de papel Kraft. La fiesta se podría celebrar en un cobertizo de madera con paredes blancas y techos altos con vigas a la vista, donde una refrescante limonada casera recibiría a los invitados. Un entorno sencillo pero bonito y, sobre todo tranquilo, decorado con detalles florales en tonalidades blancas, marrones y plata, dispuestos en racimos simples o en tallos individuales colocados cuidadosamente en el interior de botellas recicladas, jarras de cristal transparente y cajas viejas de madera. Para el almuerzo utilizaremos una larga mesa imperial con mantel de arpillería y la disposición de los invitados estará escrita a mano con tiza blanca sobre un rollo de papel Kraft colgado de la pared, a juego con la numeración de las mesas, que consistirá en una pequeña banderita, del mismo papel, caligrafiada y sujeta a los pequeños ramilletes de flores del centro de mesa. La vajilla deberá mantener el mismo aspecto natural, por lo que podríamos utilizar una realizada en fibra de bambú con una cubertería del mismo material. Y como agradecimiento para los invitados, unas bolsitas de muselina con semillas naturales en su interior. Si estáis buscando una boda ‘slow’, donde lo más importante sea la creación de un entorno relajado y natural, estas ideas os serán de gran ayuda.
Fotografía: Lauren Michelle