Como ya sabréis, soy una enamorada de las flores y cuanto más descubro sobe ellas más va aumentando mi lista de indispensables. Hoy os quiero hablar del astilbe, una especie de origen asiático que normalmente acostumbra a utilizarse como complemento en ramos de novia o composiciones florales pero que debido a la sencillez de su belleza natural cada vez es más demandada en solitario, sobre todo en decoración de boda. Su aspecto delicado y romántico lo hacen ideal para bodas rústicas y novias muy femeninas con gusto por los pequeños detalles. En ocasiones puede recordar a la paniculata aunque sus hojas tienen forma de pequeñas plumas de colores variados. A mí especialmente me gustan los tonos empolvados, que además son tendencia este año con la nominación del rosa cuarzo como color del año por Pantone. El astilbe combina con distintos tipos de flor o planta y al tener su floración en época estival es perfecto para bodas de verano, incluso cuando se marchita loga mantener su encanto y naturalidad durante meses. Puede utilizarse en boutonniers, centros de mesa y decoración general pero lo que triunfa más actualmente son los ramos de novia de astilbe, sencillos bouquets de una única tonalidad que destacan sobre el blanco del vestido y que dan el toque romántico a una novia que apuesta por el éxito de la sencillez.
Fotografía: The Lane, At Home In Love, Natalie Shelton, The Nichols, Wedding Diary Blog, Onelove Photography, Deer Pearl Flowers, Clary Photo, Something Dashing, Maria Mira, Paper Antler