Imagínate recrear todo el encanto de una Navidad clásica el día de tu boda! Aunque aviso antes de continuar que el post de hoy no es apto para las que tenéis fobia a las navidades pero por el contrario es ideal para todas las que, como yo, estáis deseando que llegue esta época del año y si encima es la elegida para vuestra boda pues mucho mejor. El tiempo pasa y las modas cambian y lo mismo sucede con la decoración navideña, surgen nuevos adornos y nuevas corrientes que van transformando la estética de la Navidad, todas tienen su particular encanto pero hoy os propongo una vuelta a lo clásico, a los verdes y a los dorados de antaño, a las orejeras y a las mantitas de cuadros, a los abetos y a las piñas. En las fotografías que veréis a continuación encontraréis inspiración para una boda de invierno teñida de la nostalgia de un pasado que en ocasiones fue mejor pero que nunca podrá igualar la ilusión por vuestro futuro. Una decoración en la que predominan los tonos azulados y verdosos del invierno en combinación con los bronces y dorados del servicio de mesa, que seguro os recuerda la cena de Nochebuena o la comida de Navidad. La madera oscura aporta calidez al conjunto, iluminado por la luz tenue de candelabros y pequeños vasitos de cristal con velas que hacen brillar todavía más si cabe la preciosa vajilla de cerámica y la cubertería dorada. Si algo he de destacar de la estética de los protagonistas, me quedo sin duda con el prendido del novio en la solapa de piel de borrego y con el ramo de la novia, decorado con piñas para darle un aire más rústico y navideño. Y, como detalle especial, el córner con marshmallows y chocolate bien caliente para animar un frío día de invierno.