Sé que alguna de vosotras vais a pensar que el post de hoy es un poco empalagoso y tenéis toda la razón, estoy de un ‘pastel’ subido… Debe ser la llegada de la primavera , la esperaba con tantas ganas que creo que me ha dado un empacho de cursilería. Sea como sea y una cosa no quita la otra, he de reconocer que me encantan los colores pastel. Siempre me han gustado, pero últimamente estoy tan rodeada de hombres que echo de menos el rosa y los tonos suaves y románticos, esos que aparecen con la llegada del buen tiempo y que empiezan a decorar nuestros parques sin que apenas nos demos cuenta. La propuesta de hoy es una decoración en tonos rosas y azules pastel, para una boda muy especial y cargada de detalles sutiles. Eso sí, si no sois de las románticas mejor que no sigáis leyendo. En las fotografías encontraréis tips afrancesados como los macarons o la repostería, también algunas piezas que acompañan la vajilla, de aire victoriano con grabados y borde dorado. Toda la decoración respira la estética propia del romanticismo, la puntilla azul, la combinación de rosas y peonías, las botellitas de cristal en tonos azules a juego con la cristalería del servicio de mesa, hasta el ramo de novia adornado con la misma puntilla de color azul, que está presente incluso en el pastel. El mantel de ganchillo me recuerda uno que tenía mi abuela y que ‘heredé’ cuando me emancipé (tendré que recuperarlo del olvido). Me gusta mucho la idea de colocar una sola flor dentro de pequeños recipientes de cristal, es algo tan sencillo que a la vez da tanto juego… Como la propuesta de coronar el pastel con las mismas flores del bouquet, todo un acierto para las románticas. Espero que disfrutéis.
Fotografía: Marianne Taylor Photography