Tengo que reconocerlo, soy de esas personas a las que les gusta comer bien y soy también de las que disfrutan con una mesa bien decorada. De hecho una de las cosas que más me apasionan cuando hay una celebración especial o voy de invitada a casa de cualquier amigo es observar cómo ha decorado la mesa, me pasaría horas estudiando cada detalle, los bordados del mantel, el color de las copas, la disposición de la vajilla… Y lo mismo me pasa cuando empieza el desfile de platos y recetas. Por eso para mí el almuerzo o cena es fundamental en una boda y no sólo me refiero a la calidad de la comida sino también a su presentación y servicio. El post de hoy une estos dos aspectos fundamentales para que el catering de vuestra boda triunfe y acabe por convertirse en un momento inolvidable. Si tenéis tiempo observad detenidamente cada detalle de las imágenes, yo me pasé un buen rato haciéndolo a medida que iba escribiendo este post. La gran mesa de madera, sin mantel, para que luzca más el paso de los años, la vajilla de plata envejecida, la cubertería con mango de nácar, la combinación perfecta entre flores y frutas… Y ¿qué me decís de los platos? El pan con queso, miel e higos, la fuente de ostras, la quiche con pequeños corazoncitos azucarados o los chocolates orgánicos con relieves vegetales. Todo el catering es obra de Eat Drink Garden y la maravillosa puesta en escena ha sido diseñada por Merryl Brown Events, que ha conseguido transmitir el equilibrio perfecto entre placer físico y sensorial. Para finalizar, me quedo con la calidez de la última instantánea, la visión de las velas encendidas a través de los grandes ventanales. ¡Todo un placer para los sentidos y para el corazón!
Fotografía: Elizabeth Messina