Aunque es una flor de primavera, las lilas me han parecido siempre una opción ideal para protagonizar la decoración floral de una boda. Su aspecto delicado, junto a su preciado aroma las convierte en perfectas para decorar cualquier rincón, desde la ceremonia hasta el banquete. Las flores, del tipo que sean, siempre ofrecen múltiples posibilidades de combinación y pueden adaptarse a cualquier espacio. Para la primera opción, por ejemplo, podéis confeccionar un bonito arco de lilas combinadas con verdes que enmarquen la puerta de acceso a la iglesia y si la ceremonia es al aire libre, podéis utilizar un arco exterior de madera o metal decorado con la misma combinación de flores.
Otra idea es utilizarlas en el lateral de las sillas que dan al pasillo de acceso al altar, además de romántico, su aroma acompañará a los novios y a sus invitados durante toda la ceremonia convirtiendo ese importante momento en inolvidable.
La novia también puede lucir un ramo de lilas francesas a juego con los pequeños bouquets de sus damas de honor. En este caso podéis jugar con un único color o bien con una combinación de ellos porque las lilas pueden ser además de púrpuras, que es su color tradicional, de color blanco o rosa pálido. Las de color púrpura simbolizan el amor y las blancas juventud e inocencia. Centrándonos ya en el momento del banquete, las lilas pueden estar presentes en el seating plan, en la cartelería de la boda, en los buffets y, por supuesto, como base central de los centros de mesa. En este caso, la mezcla de lilas, blancos y verdes dará a la mesa un aire fresco, primaveral y muy natural, pero podéis utilizar la combinación que más os guste o encaje con el diseño de vuestra boda. Quedan perfectas en cajitas de madera o en recipientes de cristal o de loza blanca, que resaltarán todavía más su característica tonalidad. Las lilas pueden incluso estar presentes en elementos del catering, como puede ser el pastel nupcial o en un buffet de agua saborizada decorada con pétalos de lilas. Y, por último, también podéis confeccionar pequeños ramilletes de lilas (en este caso pueden ser frescas o secas para que duren más) y entregarlos al final de la boda como regalo a vuestras invitadas, seguro que les encantará.
Fotografía: Julie Paisley