El post de hoy está dedicado a los amantes de la música y de lo vintage. Se trata de un shooting de inspiración musical para una boda de otoño donde abundan los instrumentos musicales y el ambiente clásico-bohemio. Ya sabéis que me encanta decorar con elementos  antiguos o con detalles que transmitan esa sensación y las partituras son una muestra de ello. Si os fijáis, toda la papelería se ha confeccionado con partituras para piano, combinadas con fotos antiguas de familia, un librito que parece una biblia y distintos elementos decorativos que evocan tiempos pasados. No hay un sólo detalle dejado al azar, desde la vajilla con borde dorado hasta  las copas de aire retro en un tono lila oscuro o los cubiertos de plata grabada, todos ellos distribuidos sobre lo que parece ser el velo de la novia colocado a modo de mantel sobre la mesa. Las flores también son un elemento clave en la decoración, en tonos anaranjados y liláceos con predominio de especies otoñales como las amapolas o las ramas de endrinas. El estilismo de la novia va en consonancia con el resto, luciendo un vestido de encaje con un pronunciado escote de espalda y un recogido con ondas al agua, cuyo único complemento es un prendido con las mismas flores que componen el ramo de novia. El espacio elegido para los interiores de la sesión fotográfica fue el Museo Fitzegarld, un lugar mágico donde pianos antiguos, radios, órganos o picús transforman el ambiente dándonos siempre la sensación de que cualquier tiempo pasado fue mejor… ¿No creéis?

Fotografía: N. Barrett Photography