Con el auge de las bodas tropicales hay un elemento decorativo que se repite en muchas de ellas, son los sillones de mimbre. Pero sobre todo me refiero a los grandes e individuales, un tipo de mobiliario que se utilizaba en las viviendas de las colonias francesas del sur del Pacífico y que tuvo su momento de gloria cuando apareció en los años 70 en una de las películas de la saga Emmanuelle (a la que debe su nombre) y en la que la protagonista aparecía sentada en él vestida únicamente con un collar de perlas. La película supuso un antes y un después en la utilización de muebles de mimbre en interior, ya que hasta entonces sólo se habían utilizado en exterior. Su característico respaldo con la forma de la cola desplegada de un pavo real marca toda su estructura, formada por un trenzado de varas de ratán o mimbre. En las bodas se utiliza principalmente para decorar un rincón especial bien para que los novios puedan fotografiarse o incluso como base decorativa del photocall destinado a los invitados. También hay versiones reducidas y nuevos modelos algo más pequeños que pueden utilizarse como sillas para los novios tanto durante la ceremonia como en el banquete posterior. Este icono de la decoración está de última actualidad y aunque el sillón clásico suele ser el más utilizado, hoy día también es posible encontrar nuevos modelos pintados en llamativos tonos y con cojines muy coloristas. Si además los decoráis con una composición llamativa de flores el resultado puede llegar a ser espectacular.
Fotografía: Deer Pearl Flowers, Krista A. Jones Photography, E. M. Anderson, Sebesta Design, Michael Radford Photography, Zoe Morley, Jenn Emerling, Love Janet Photography, Carly Tia, Anne Herbert Photography, Maria Lamb Photography, Monika Gauthier