Siempre os digo que una boda debería tener siempre un hilo conductor, un punto de partida que sea constante de principio a fin. En ocasiones este hilo conductor puede ser la propia temática de la boda, la recreación de un ambiente marino, rústico, vintage, etc., otras veces puede ser un color determinado que se aplique a los distintos elementos. Todo puede ser susceptible de ‘colorearse’, la decoración, un detalle del vestido, las invitaciones, las flores, el ramo de la novia e incluso el catering. Muy importante este último punto, ya que no solemos darle importancia estética y para mí es fundamental, tanto una buena presentación como una excelente calidad de la materia prima. Hoy os traigo una boda donde predomina el color naranja y en la que se ha sabido combinar muy bien con el ambiente rústico que la rodea. Si os fijáis, veréis que tanto la ornamentación como detalles tan mínimos como la flor de la solapa del novio o incluso su corbata mantienen la nota de color predominante. Una idea más de boda ‘con color’ que espero que os guste.
Fotografía: Anne Robert