Casarse en una carpa
He de reconocer que nunca me han gustado las carpas y por eso nunca me planteé celebrar mi boda en una de ellas. Prefiero lo natural, los paisajes exteriores, al aire libre o en el caso de tener que hacer una celebración en un interior, también me decanto por los que respiran naturalidad, tanto si se trata de un interior rústico como urbanita. Pero últimamente el concepto preconcebido que tenía sobre las carpas está empezando a cambiar, empiezan a salir al mercado nuevos modelos cada vez más elegantes y especiales que no tienen nada que ver con esas cuatro paredes blancas de plástico rígido de las primeras carpas. Ahora las confeccionan con tela de diferentes colores (me encantan las de color negro, las encuentro elegantísimas), utilizan una cuidada y creativa iluminación que transforma por completo su interior y la decoración se abre al exterior creando antesalas o chill-outs posteriores a la celebración que hacen que la misma carpa sea una prolongación del espacio exterior. Vamos, que hoy por hoy no me importaría celebrar mi boda en una carpa…