Así nacieron sus polos de pastel (como a mí me gusta llamarlos), auténticas obras de arte en repostería y que ofrecen una múltiple variedad de diseños y sabores, desde el tradicional sabor a mantequilla hasta el sésamo negro, espinacas o el sabor a huevo con sal.
Algunos de sus diseños están inspirados en la arquitectura, criaturas míticas, la naturaleza, personajes de dibujos animados y en muchos de sus viajes, ya que ofrece talleres y demostraciones por todo el mundo. En el último año ha viajado a ciudades como París, Singapur, Bangkok, Yakarta y Seúl. Todo un experimento para la vista y el paladar. A mí me ha parecido una idea genial para utilizar como postre en una boda o para el momento de la recena y como además se pueden personalizar podéis adaptarlos a la temática de vuestra boda o a vuestros gustos más personales. Ahora sólo me falta averiguar quién los hace por aquí, que seguro habrá más de un profesional que los borde. Espero que os guste la idea!
Autor y Fotografía: Raymond Tan (@rymondtn)