‘600’, así es como popularmente se conoce al Seat 600, uno de los primeros utilitarios españoles que se fabricaron en nuestro país entre 1957 y 1973. La verdad es que es una adaptación de su homólogo italiano, el Fiat 600, un modelo que inicialmente se importó desde Italia para posteriormente pasar a producirse directamente en España a raíz de un acuerdo entre las dos empresas SEAT y FIAT. El 600 para mí, como imagino que para muchos españoles de la época, tiene un significado especial, de hecho es uno de los modelos más emblemáticos y queridos de SEAT y es que el primer viaje que hice sin mis padres a Soria fue en el 600 azul cielo de una tía mía que por aquel entonces estaba soltera. Según cuenta siempre mi tía, aquel primer viaje fue toda una aventura para nosotras (yo tendría unos 5 años), ya que un trayecto que hoy día se tarda en recorrer unas 5 horas, acabó convirtiéndose en un día completo de viaje, con varias paradas para repostar, comer, descansar y ya de paso poder enfriar el motor. Eso también era muy típico de la época, los motores de los coches siempre se calentaban, sobre todo en verano. Recuerdo aquel coche como si fuera ayer, finalmente mi tía se casó y vendió su 600 pero todavía hoy sigo buscándolo en webs de compra-venta por si tengo la suerte de volver a cruzarme en su camino y poder recuperarlo. Sería como reencontrarme con un pedacito de mi infancia. Pues bien, a pesar del tiempo transcurrido, el 600 sigue estando de moda, a mí es una de las opciones que más me gustan como vehículo para la llegada y salida de los novios a la boda. Pega tanto en ciudad como en un ambiente rústico, capotado o sin capota, blanco, negro o azul, en el modelo italiano o en el español, cualquier opción me parece ideal para poder revivir nuevamente aquella época maravillosa de los 70. Un tiempo pasado que no sé si fue mejor pero sí diferente.
Fotografía: Vogue, The Cinderella Project, Youri Claessens, Tumblr, Photo 27, Alexandra Vonk, Jelly Beans & Shoes, Paolo Margari, Cotton Candy Photography