Cuando organizamos una boda hay detalles que muchas veces se nos escapan o que dejamos para última hora por falta de tiempo, de previsión o simplemente por no haber pensado en ello. Pero por suerte, hay novias muy previsoras que además cuentan con una gran creatividad e imaginación, Vanessa es una de ellas. La semana pasada me escribió un e-mail explicándome el detalle que os voy a contar en el post de hoy y, la verdad, es que ni yo misma había tenido en cuenta que la temática o la gráfica de la boda se puede aplicar incluso más allá de lo que rodea a la ceremonia en sí. Nuestro país es tierra de tradiciones y una de ellas es el llevar una docena de huevos a las monjas Clarisas para pedir que no llueva el día de nuestra boda. Vanessa estaba muy preocupada por este tema, ya que se casó hace apenas 10 días y las previsiones no eran del todo buenas, así que decidió ‘ayudar’ un poco a las monjitas para que sus oraciones alcanzasen el fin deseado. Para ello se reunió con Project Party Studio, los diseñadores que habían creado la invitación de su boda y les contó su idea. Rápidamente se pusieron manos a la obra y el resultado no pudo ser más espectacular. Utilizaron dos packs de 6 huevos para el regalo y se basaron en la gráfica de la invitación de boda, diseñaron una banda de papel para cada caja y luego las ataron con una tela muy rústica, tipo red. En el exterior colgaron tres tarjetitas de diferentes tamaños, cada una con su gráfica. Pero Vanessa, además, entregó a las monjas un globo de helio con una etiqueta que ponía: ‘Para que vuestras oraciones vayan directas al cielo’. ¿No os parece una idea preciosa, además de original? Después de esto ya os podéis imaginar el día que hizo, ¿verdad?
Fotografía: Project Party Studio