Con la pandemia todo a nuestro alrededor ha sufrido cambios que nos han obligado a reinventarnos. Es lo que suele suceder en tiempos de crisis, que la imaginación se agudiza y lo que en un principio puede ser algo disruptivo se acaba convirtiendo en una nueva oportunidad. Lo hemos visto en las bodas y también en sectores como la gastronomía o el turismo. Ligando este último a los viajes de Luna de Miel, también aquí el ideario ha ido cambiando, adaptándose a las nuevas medidas de movilidad. Así como ha habido durante todo este año una gran proliferación de los elopement o bodas íntimas, lo mismo ha sucedido con las Honey Moon. Los novios siguen buscando destinos exóticos pero apartados de las grandes ciudades en las que suele haber un mayor movimiento de gente. Se buscan entornos naturales e idílicos, en bosques, ríos, parajes de montaña o de mar, que ofrezcan intimidad. Esta tendencia se ha unido a un fenómeno en auge estos últimos años, las Tiny Cabins o cabañas de madera. Micro espacios con un diseño actual y creativo que ofrecen confortabilidad y un ambiente íntimo en el que disfrutar al cien por cien de la pareja. Para mí, que soy una enamorada de los viajes y de la decoración, este tipo de alojamiento me parece la opción perfecta para una Luna de Miel y no sólo para una época incierta como la que estamos viviendo sino para cualquier momento. El mundo está cambiando y nosotros también. Y debido a este creciente interés ya existen incluso hoteles que ofrecen las Tiny Cabins a sus clientes como alternativa a la típica suite o habitación de hotel y complejos turísticos construidos en su totalidad en torno a esta nueva filosofía. Yo ya estoy deseando escaparme a una de ellas.
Fotografía: Airbnb, Jesus Frayre, Glamping Hub, Ideal, Pinterest