A estas alturas, si me seguís desde hace algún tiempo, ya sabréis de mi debilidad por las bodas mexicanas que inevitablemente va ligada a mi pasión por la estética y el mundo onírico de Frida Kahlo. Ya son varios los post que he dedicado a la figura de la emblemática artista y hoy engrosa esa lista uno más que con seguridad no será el último. Es una preciosa boda inspirada en la pionera de la libertad femenina, la pasión y el amor vividos con esa intensidad única que sólo ella sabía transmitir llegando a rozar el límite entre cordura y locura. El entorno de la boda no puede ser más
Etiqueta: boda mexicana
Me encantan las bodas mexicanas, tienen ese colorido especial que sólo esa cultura sabe transmitir y hacer sentir. La boda de Regina y Zaheen tuvo lugar en Zacatecas, una ciudad de origen minero en el corazón de México y es de esas bodas especiales que tanto nos gustan. La ceremonia se celebró en un convento del S.XVI que debido a la erosión de la piedra tiene la particularidad de no tener techo, por lo que el espacio todavía se hizo más especial. Tras la celebración los novios se trasladaron en un Cadillac clásico de estilo retro hacia el lugar escogido para la recepción, el Hotel Quinta Real, un espacio singular
La verdad es que nunca he sido una persona mitómana, ni siquiera de pequeña o de adolescente. Cuando mis amigas suspiraban por los actores o cantantes de moda y empapelaban sus habitaciones con fotos o posters de ellos yo prefería colgar lo que yo consideraba mis ‘paneles de inspiración’ que no eran otra cosa que varios collage con miles de recortes, fotografías, notas, apuntes, entradas de teatro o de cine, portadas de libros o pinturas que por una u otra cosa llamaban mi atención y configuraban mi propio universo personal. Pero en ese universo alguna vez se colaba una figura que me deslumbraba y la que más recuerdo era
Adrianne y Stephen tenían claro que querían celebrar su boda en Nuevo Mexico, la ciudad donde nacieron, a pesar de que ambos han vivido la mayor parte de su vida en California. También tenían claro que querían agasajar a sus invitados con la típica comida mexicana, ya que las comidas y reuniones con familiares y amigos habían sido muy importantes en su relación de pareja. Buscaban una boda divertida, sencilla, rústica y muy natural y lo consiguieron. Se casaron en una iglesia católica de estilo art-decó al norte de Albuquerque y luego se trasladaron a la Hacienda Vargas, donde les esperaba un exquisito almuerzo al aire libre, seguido de una