Andrea y Adriano, los novios protagonistas de la boda de hoy, son la prueba fehaciente de que el amor a primera vista existe. Se conocieron e inmediatamente surgió el flechazo entre ellos, prometiéndose tan sólo tres meses después durante un safari en África, en medio de la Sabana. Su boda se celebró el pasado verano en un espacio espectacular, Los Claustros de Ayllón, un antiguo monasterio franciscano en ruinas de más de 800 años de historia, perfectamente restaurado, que mantiene fielmente su aspecto original. Las ruinas del monasterio se integran en un entorno de amplios jardines y zonas verdes con un estanque natural que completa la estética de un marco
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Enamorada del bosque desde pequeña, Dafne sueña con una boda al aire libre rodeada de grandes árboles y vegetación. Siempre creyó que el bosque tenía algo especial, un halo de misterio que lo convertía en el protagonista de sus sueños infantiles. El Balneario Casa Pallotti, con sus grandes espacios verdes, su bosque y su río, se ha convertido en el sueño de Dafne hecho realidad. La magia invade cada uno de los rincones creados para el día más importante de su vida. Desde un enorme árbol decorado con jaulas que cuelgan de sus ramas, como si de sus propios deseos se tratase, hasta una mesa de postres que endulza sus
Ya os he comentado en diversas ocasiones que el mundo de las bodas es un universo cambiante que evoluciona continuamente. Cada vez más las parejas son conscientes de aspectos que antes apenas teníamos en cuenta, y mucho menos a la hora de organizar una boda, como el cambio climático, los productos y elementos que pueden causar un daño ecológico, la cuidada selección y protección del espacio elegido… Todo ello ha originado una corriente de bodas conscientes, bodas con base ecológica que se inspiran en elementos naturales y tienen lugar en paisajes conservados y protegidos, con una decoración y puesta en escena respetuosas con el medio ambiente. Hoy quiero compartir con
Entrañable, divertida, emotiva y sorprendente son los adjetivos que definen la no-boda de Elisabet y Albert y es que no podíamos empezar esta nueva temporada tras las vacaciones estivales con una boda mejor. Ver cada una de sus fotos es recordar el verano en el pueblo, ese de nuestra infancia que todos tenemos guardado en la retina y en el corazón, ese lugar especial en el que descubrimos y vivimos tantas cosas y que nos acompañó en nuestro paso de la infancia a la adolescencia y, que para los más afortunados, todavía sigue presente. Yo soy de estos últimos, cada verano, aunque sea por un corto espacio de tiempo, vuelvo
Siempre he sido yo muy de botas camperas y no porque las llevara asiduamente pero sí que me he sentido atraída desde pequeñita por una idílica vida rodeada de lagos, montañas y caballos. Imagino que Laura Ingalls y sus aventuras en La Casa de la Pradera tuvieron mucho que ver con mi sueño de vivir en un rancho, como probablemente le sucedió a la mayoría de niñas de mi época. El editorial de hoy es un pequeño homenaje a esos sueños infantiles, un enlace celebrado en un rancho rodeado de colinas, valles verdes y frondosos bosques, un paisaje realmente inspirador para cualquier amante de la naturaleza y de la vida
Con la inminente llegada de la primavera empezamos ya a pensar en bodas y celebraciones al aire libre. No sé si os pasa pero cuando llega esta época a mí lo que realmente me apetece es coger una cesta de mimbre, llenarla de cosas ricas y pasar el día en el campo con la familia o los amigos. Antes, que no había por costumbre salir mucho a restaurantes, los domingos había dos tradiciones inalterables en nuestro país, la paella en casa de los abuelos y la comida en la montaña. Ahora a esto último le llamamos picnic, que siempre queda como más chic, pero la tradición de pasar el día