El primer beso de Megan y Jason como pareja fue en la Mansión Embrujada de un conocido parque temático americano, cuando el viaje ‘misteriosamente’ se interrumpió durante cinco minutos debido a una avería. Esa avería fue decisiva en sus vidas, por eso quisieron revivir ese momento en su sesión de fotos de compromiso. Me gustan las parejas que no pierden la ilusión a pesar de cumplir años, las que se emocionan todavía cuando van al circo o suben en el tio-vivo de una feria, las que se ponen pringosas cuando comen nubes de algodón o manzanas de caramelo y se agarran bien fuerte cerrando los ojos en el Tren de la Bruja. Megan y Jason disfrutaron como niños durante el reportaje ya que fue la excusa perfecta para no perderse ni una sola de las atracciones, pasaron de los caballos del carrusel a los lomos de Dumbo, después a las tazas de té que giraban sin parar, más tarde visitaron la casa del árbol de Tarzán y, por supuesto, la casita de Minnie. Se las arreglaron como pudieron para esquivar a la multitud de turistas que había en el parque con la excusa de que estaban haciendo un reportaje de compromiso de boda y consiguieron una foto privada frente al Castillo de las princesas sin turistas alrededor, algo realmente imposible en Disneyland. Durante toda la sesión se comportaron como auténticos personajes de dibujos animados, divertidos, traviesos, bromistas, alegres, osados y tiernos. Para ellos fue mucho más que una sesión de fotos, fue la culminación de una historia de amor real en un entorno de cuento.
Fotografïa: Beautiful Day Photography