Cerremos los ojos y hagamos un retroceso en el tiempo, nos teletransportamos a los años 70, cuando la mayoría de nuestros padres probablemente emigraron del campo a la ciudad en busca de un futuro mejor y cambiaron los verdes prados por grises tejados de uralita, fábricas llenas de gente con uniforme oscuro y movimientos acompasados bajo un ruido de maquinaria atronador. La verdad es que el panorama así leído puede parecer desalentador pero tenía su encanto, muchos incluso echarán de menos aquella época porque para la mayoría supuso el inicio de una nueva vida y siempre que algo empieza la ilusión se instala de manera permanente hasta que se consigue o al menos se intenta. Viendo el vídeo que hoy os muestro en el blog no he podido evitar acordarme de pedacitos de mi infancia, cuando mi padre era el encargado de una fábrica textil catalana y acostumbraba a llevarme con él algún sábado por la mañana cuando tenía guardia. Me quedaba embobada mirando aquella nave industrial de grandes ventanales y enormes techos, siempre con olor a tinte y a lana, solía pesarme en una báscula gigante y perderme entre los largos pasillos de telas mientras él me hacía libretas con mi nombre o me invitaba a un TAB, el primer refresco sin azúcar que produjo Coca-Cola. De esa época también son los vídeos en Súper 8, que es el formato que intenta recrear la boda de hoy, si os fijáis hasta la novia parece de los 70, tiene un cutis y una piel que me recuerda muchísimo los anuncios de entonces. El estilismo del novio, con ese traje de gales que tan de moda se puso y el de sus testigos encarnan a la perfección los tips de aquella época y el entorno no podía ser otro que una antigua fábrica todavía en uso. Creo que por eso me gustan tanto las bodas de aire industrial… Pero mejor que veáis vosotros mismos el vídeo y lo disfrutéis.
Vídeo: A Bryan Photo / Fotografía: J. Woodbery Photography