Organizar una boda en el otro lado del mundo tiene su encanto pero también sus desafíos, por eso es muy importante rodearse de buenos profesionales para que todo quede perfecto.
Y así lo hicieron, creando con ellos una boda para dos llena de detalles. Escogieron una paleta de colores vivos, predominando el rosa, el coral, el púrpura y el dorado y sobre esa base se creó toda la decoración floral, utilizando especies como las peonías, las dalias, ranúnculos y rosas que se emplearon tanto para la decoración de la mesa como para el ramo de la novia. Al mismo tiempo, trataron de completar esa paleta audaz con un aspecto más vintage que combinase con el telón de fondo natural de Santorini. Su principal objetivo fue que la boda estuviese en perfecto equilibrio con el entorno. Tanto la mesa como las sillas, que formaban parte de una colección particular, se colocaron en la terraza privada destinada a la ceremonia y posterior cena. Los candelabros de oro envejecido y detalles especiales como el candado con forma de corazón o las guirnaldas de luces completaron una estética llena de romanticismo pero lo que hizo que la boda fuese todavía más emocionante fue el hecho de utilizar artículos personalizados especialmente creados para ellos por algunos de sus familiares más íntimos. Fue una manera maravillosa de tener a sus seres queridos presentes a pesar de la distancia. Sin duda, una boda soñada que nunca olvidarán.
Fotografía: Anna Roussos / Wedding Planner: Tie The Knot in Santorini