UNA BODA ÍNTIMA EN EL MONTE VASCO
Un paisaje de cuento en pleno monte vasco con unas impresionantes vistas al mar, es el idílico escenario de una pareja de enamorados que deciden casarse en la intimidad. Una opción que está proliferando este año con motivo de las restricciones por la pandemia y que tiene muchas cosas buenas. Una de las ventajas de organizar una boda íntima, con pocos invitados, es que puedes destinar gran parte de tu presupuesto a la decoración y a los pequeños detalles, también puedes elegir con mayor facilidad casarte en espacios naturales, que son más difíciles de gestionar cuando el número de invitados es mayor, y además, puedes dedicar más tiempo de calidad a tus invitados y eso siempre es algo que se agradece muchísimo en un día tan especial. El equipo de Martina por el Norte está detrás de esta maravilla de sesión. Para realizarla crearon una decoración que combina el estilo campestre con un toque de elegancia, una fusión muy en tendencia ideal para bodas modernas. La pareja lee sus votos en total libertad, rodeados de verde, mar, cielo y ese aire del norte que acompaña su amor entre susurros. Tras la lectura se dirigen al espacio reservado para el banquete, en el que les esperan sus invitados alrededor de una mesa vestida con mantelería de lino y vajilla de estampado vichy, decorada en su parte central por un camino de musgo y flores silvestres que le da el toque rústico y de color. Sobre ella destaca una elegante lámpara de araña, tiñendo de romanticismo el ambiente. El seating plan recrea una bonita historia. La pareja llevaba cinco años a distancia y cada mes se enviaban libros por correo, por eso en la decoración del seating plan se utilizaron libros antiguos y flores sobre un mueble de estilo afrancesado. En cuanto al estilismo, destaca el contraste de la elegancia de los novios en pleno bosque. La diseñadora María Gadea fue la encargada de vestir a la novia con un precioso vestido, sencillo y delicado, como complemento lució una pulsera, pendientes y anillo de circonitas plateadas que dieron brillo a su outfit. Se confeccionaron dos ramos, uno de mimosas con el color tendencia de este año y otro con flores rosas de estilo más romántico pero ambos siguiendo la misa línea decorativa general. El novio, vestido con traje oscuro, sin corbata y con tirantes, desprendía elegancia y naturalidad a partes iguales. Tras el banquete, al caer la tarde, la pareja se dirigió de nuevo al punto más alto del monte, donde el atardecer caía sobre el mar tiñendo de rosa un futuro anhelado que por fin se había hecho realidad.
Wedding Planner: Martina Por El Norte / Fotografía: Mosu Studio / Vestido y bata novia: María Gadea Atelier / Peluquería y maquillaje: Hair’n Home / Caligrafía Seating Plan: AG Caligrafía / Papelería: Trantán Estudio / Joyas: Kaamouk / Medallista ramo: My Chick Jewellery / Mobiliario: Mesa Presidencial / Flores: Flowers & Co. / Pareja: Elena y Lucho