Estoy segura de que a nadie le gusta una boda pasada por agua, la lluvia la mayoría de las veces es molesta para todos y más durante una boda, da igual si eres novia o invitada, aunque si eres novia mucho peor. Mi idea con el post de hoy es haceros cambiar un poco la imagen preconcebida que solemos tener de que una boda con lluvia no puede ser una boda bonita. Sí que es cierto que todo luce mucho más con sol y buen tiempo pero hemos de saber ver el lado bueno de todas las situaciones y que llueva en vuestra boda se puede convertir en un momento tremendamente romántico al tiempo que divertido. Como alguien dijo una vez, todo depende del color del cristal con el que se mire. De entrada os diré que el dicho de ‘boda lluviosa, novia dichosa’ tiene mucho que ver con la simbología positiva que tiene la lluvia en muchas culturas como la mapuche, la celta o la hindú, en la que el agua del cielo augura bendiciones a la pareja que se casa, es un elemento esencial para la vida y es símbolo de fertilidad y abundancia. Así que os podéis dar por afortunadas si llueve el día de vuestra boda. Mi consejo es que ante todo, no perdáis la ilusión, la felicidad no la da el tiempo ni el paisaje, la verdadera felicidad es la que vosotros vayáis a transmitir a todos vuestros amigos y familiares porque nada puede brillar más ese día que vuestras sonrisas, ni siquiera el mejor y más resplandeciente sol de verano.
Fotografía: The Image is Found