Hay bodas que llaman la atención desde el primer momento y eso creo que es mérito tanto de los novios o los organizadores de la boda como del fotógrafo que sabe captar esos momentos mágicos que surgen de un instante tremendamente feliz. No es fácil captar las emociones pero Tec Petaja sabe hacerlo como pocos, su atención agudiza el detalle de lo más insignificante dotándole de un protagonismo singular y aportando una visión única en sus imágenes. Estoy segura de que mucho tienen que ver sus viajes por el Asia central y sus vivencias en Indiana y Hawai. A apenas 15 kilómetros de Niza, en un entorno ideal entre el mar y la montaña, se encuentra La Colle-sur-Loup, un pequeño pueblo provenzal con callejuelas de piedra, pequeñas plazas, viejos pozos, llamativas puertas y dinteles y numerosas tiendas de antigüedades. El lugar soñado por Catherine y Erik para celebrar su boda, una boda de aire mediterráneo con toques afrancesados que la hace especialmente perfecta. El enlace destaca por la naturalidad de la decoración y de los mínimos detalles, toques apenas invisibles que mezclados con los espacios naturales que la rodean logran crear una atmósfera de frescura que se percibe a través de las imágenes. Ramas de olivo, pequeños recipientes de cristal con flores, coloridas buganvillas y singulares piezas de arte hacen de esta boda la mezcla perfecta entre los pequeños detalles y una espectacular ubicación.
Si quieres para tu boda guirnaldas como las que aparecen en este reportaje, las podrás encontrar en UBOshop
Fotografía: Tec Petaja