La boda de Ebony y Brendan es una de esas bodas que enamora desde el primer momento, por su diseño, su tonalidad y sus cuidados detalles. Se trata de una boda íntima de tan sólo 30 invitados celebrada en un lugar de ensueño, un pequeño y hermoso hotel de corte francés con acogedoras chimeneas, paredes de polvo malva, piedra centenaria y un exuberante jardín. Un trocito de novela sacada de un cuento de hadas. La decoración se inspiró en la paleta de colores pastel de Ladurée, la famosa casa francesa de pastelería especializada en macarons, los tonos malvas y el detalle de las rayas verticales fueron el referente de color, aunque también se jugó con el blanco y el negro, presente en un ajedrez gigante que sirvió, además de para ilustrar el reportaje fotográfico, para amenizar la espera de los invitados durante la sesión de fotos. Los novios descubrieron este paraíso durante un fin de semana de San Valentín, la novia había visto allí el vídeo The Ladurée Dream, acompañado de la música de Tchaikovsky Nutcraker Suite Sugar Plum Fairy y pensó que ese sería también su sueño, por ese motivo contrataron un trío de cuerda que tocó la misma música durante la ceremonia. Me gusta especialmente la combinación entre el toque clásico y el chic francés, el contraste entre el diseño rústico y moderno reflejado en el minimalismo de la silla Louis Ghost de Philippe Starck, de la que la novia se enamoró perdidamente y que supo combinar a la perfección con las impresionantes arañas del techo, de más de 300 años de antigüedad. Una boda para soñar…
Fotografía: CKMetro Photography