Hace unos días estuve en un pueblecito del interior en el que tuve la sensación de que el tiempo se había detenido, suele pasarme eso cuando llevo demasiados días pisando asfalto. A pesar de la época y de las altas temperaturas que durante el día todavía nos acompañan, por la noche se notaba el aire fresco de la montaña y apetecía ponerse algo de abrigo y sentarse a los pies de la chimenea. La boda de hoy me ha transmitido esa sensación de calidez que da el otoño en sus inicios, cuando todavía no han caído los fríos del invierno y aún se puede pasear sobre la hierba mojada. Heather y Neal eligieron para celebrar su boda la majestuosidad de Babington House, una casa señorial del siglo XVIII situada en Somerset (Inglaterra). Heather estaba preciosa con su espectacular vestido de novia de Delphine Manivet, me gusta muchísimo el trabajo de esta diseñadora, son tan románticos sus diseños… Neal se decantó por el diseñador Tom Ford y escogió un traje de corte inglés en tono gris, elegante pero con cierto aire informal. La ceremonia se celebró en la Iglesia de St. Andrew, construida en 1446 en la ciudad de Mells, la quintaesencia de pueblecito inglés, y para el traslado de los invitados utilizaron el típico autobús londinense de dos pisos, ¿puede haber algo más british? La novia llegó acompañada de su padrino a bordo de un impresionante Rolls Royce que perteneció a su abuelo, luciendo entre sus manos un precioso ramo de flores cuidadosamente escogidas para la ocasión. La decoración de la boda está perfectamente conseguida y estudiada, los centros de mesa siguen la línea del bouquet floral de la novia, las mesas ganan presencia al estar vestidas con doble mantelería y los fastuosos candelabros de plata dan sensación de majestuosidad, aunque particularmente destacaría todos esos juegos de cristales y transparencias que junto a la luz de las velas transforman la atmósfera consiguiendo un ambiente realmente acogedor. Como apunte final me ha parecido súper curioso y muy original el detalle para los invitados, una réplica del Rolls Royce de los novios con forma de adorno navideño para colgar en el árbol. Una bonita forma de que todos los invitados recuerden ese día cada Navidad.