La pareja protagonista de la boda de hoy se conocieron durante una ’noche de chicas’ en la que Charlie había salido con su hermana y unas amigas y coincidió con Jim en el mismo bar. Lo suyo fue un flechazo a primera vista y desde entonces no dejaron de estar en contacto durante meses hasta que un buen día él se le declaró en una cala secreta en Langkawi, de rodillas en la orilla y buscando a tientas el anillo en su traje de baño, ante una sorprendida Charlie que no dudó en darle un ‘Sí Quiero’ rotundo. Como comprobaréis en las imágenes su boda refleja la esencia de lo que ellos son, una pareja creativa, enamorada y amante de la naturalidad y los detalles especiales. La ceremonia se celebró en un precioso invernadero victoriano en los jardines de un museo en el sur de Londres y el banquete posterior en un antiguo molino de especias, en el que utilizaron distintos espacios para cada momento de la boda, todos ellos de estética industrial y rodeados de grandes ventanales y en los que controlaron incluso la luz que se filtraba a través de los cristales a distintas horas haciéndola coincidir con momentos especiales de la ceremonia. La decoración, de aire festivo, estuvo presidida por un montón de girasoles y flores silvestres típicas de Reino Unido, recipientes de cristal y guirnaldas de flecos que invitaban a un ambiente relajado con el fin de que los invitados pudieran comer, beber y bailar hasta el amanecer. Sin duda un día único para una pareja feliz y enamorada.
Fotografía: Ross Talling y Jacob Robinson