¿Te imaginas estar en Nueva York con unos amigos y que tu pareja de repente desaparezca para escaparse a Tiffany a comprar un anillo de compromiso que más tarde te daría paseando por Central Park a bordo de un coche de caballos? Parece una escena de Sexo en Nueva York pero es lo que le sucedió a Sara, una novia afortunada con un novio muuuy romántico. Después de una pedida de estas características os podéis imaginar cuál fue su respuesta, ¿verdad? De vuelta a la realidad, la pareja empezó a planear su futura boda. Querían algo íntimo pero especial, un fin de semana con amigos en un lugar idílico de la Costa Brava y se decidieron por el Hostal Empúries, donde todos los invitados podían también alojarse. Confiaron plenamente en Wedding Senses, la empresa encargada de la organización de la boda y de la que ya os he hablado en alguna ocasión ya que capitaneándola está Greta, wedding planner y amiga. Podéis ver su propia boda en la sección de Bodas Bloggers y os recomiendo que le echéis un vistazo a su nueva web, que ha estrenado diseño hace muy poquito. Todos los detalles de la boda se cuidaron al máximo, los invitados llegaron al lugar de la ceremonia en un trenecito turístico típico de la zona pero el momento de impresión fue la llegada de la novia, a bordo de una Vespa azul de aire vintage con sidecar. Un coro góspel amenizó la ceremonia y durante el aperitivo también hubo música en directo. El color predominante en toda la decoración fue el violeta, presente tanto durante la ceremonia como en el banquete y todos los elementos se personalizaron al máximo, desde las invitaciones hasta los regalos para los invitados, unas preciosas macetas con jabones de Olivia y una bolsita de lavanda, que se encontraron al llegar a su habitación. No faltó un divertido photocall, una mesa de dulces y hasta una máquina de hacer palomitas y otra de algodón de azúcar. Pero el momento más íntimo y especial se vivió después de la cena y antes de la fiesta, cuando todos los invitados bajaron a la playa a pedir un deseo para los novios y lanzar un montón de farolillos voladores a orillas del mar, de fondo la banda sonora de Alegría del Cirque du Soleil les hizo protagonistas de uno de los momentos más emotivos de la boda.
Fotografía: Díez & Bordons / Wedding planner: Wedding Senses