Hoy os traigo una boda muy especial, la boda de Marina y Marc, una argentina y un catalán que se encontraron una noche muy divertida que empezó muy pronto y acabó a la mañana siguiente en compañía de unos churros y de diez personas desconocidas. Después de varias citas, llamadas y mails, decidieron casarse. Los dos querían una boda íntima, muy diy, con un toque vintage y campestre. Así que ningún sitio mejor que el jardín de la abuela de Marc, situado en un pueblecito de Lleida, les Valls d’Aguilar. Era el espacio ideal, con vistas a las montañas, un pequeño huerto y lleno de recuerdos para el novio ya que allí era donde pasaba los veranos. Los novios contaron con ayuda de toda la familia para la preparación de la boda, Marc y su padre se encargaron de conseguir las balas de paja utilizadas como asientos en la ceremonia, Marina se dedicó a la decoración del jardín y la madre de Marc a todo lo relacionado con telas, mantelería, caminos de mesa e incluso servilletas, todo hecho por ella misma. El cariño y la ilusión que pusieron en toda la organización no pasó inadvertido para los invitados, que iban sorprendiéndose a cada paso con la cantidad de detalles que iban encontrando: las fotos de los novios entre los árboles, el libro de firmas compuesto por una máquina de escribir antigua (del padre de Marc), el photocall que parecía una pared auténtica, la decoración de la ceremonia, la disposición de las mesas… En todos los detalles se notaba la mano de los novios y la inestimable ayuda de Karen, wedding planner de Bodas Deluxe. La mesa de dulces y los pasteles merecen una mención especial, fueron hechos por Irene, una amiga de Marina que jugaba con ventaja porque conocía a la perfección los gustos de los novios, donde, por supuesto no faltó el dulce de leche. El vestido de la novia es de Saja (New York), lo vio en internet y enseguida se enamoró de él. Contactó con la diseñadora por e-mail y a distancia y en muy poco tiempo no sólo tuvo un vestido que le quedaba perfecto sino que encargó DOS! El segundo fue para la boda en Argentina, que se celebró 3 meses después en Buenos Aires. El novio también tuvo su toque vintage en la vestimenta, con pantalones de pinzas, tirantes y pajarita a conjunto. Los dos llegaron juntos a la ceremonia, en un mehari color naranja del padre de Marc. ¡Cómo me gusta este coche! Y la sobrina del novio, de tres añitos, fue la encargada de entregar las alianzas, que estaban dentro de una polvera de los años 50 color dorado que la novia compró en un anticuario. Ah! Las invitaciones también tuvieron connotación argentina, ya que contaron con Andrea y Dani de Project Party Studio, que crearon incluso un sello personalizado para el enlace. La verdad es que estaría horas explicando esta hermosa boda tan llena de detalles, pero lo mejor es que veáis vosotras mismas las fotografías.
Fotografía: Marc Brunet de Nukstudio