La boda de Max y Margaux me recuerda a la típica invitación de almuerzo de fin de semana entre amigos, que se alarga hasta altas horas sin apenas darnos cuenta de que el tiempo está pasando. Eso es algo que me parece ideal y muy difícil de conseguir en una celebración de las características de una boda. En este caso, mucho influyó el espacio ya que la boda tuvo lugar en el patio trasero de la casa de los novios y duró nada más y nada menos que dos días. Los dos participaron activamente en todos los detalles que, como podéis ver en las imágenes, tienen un marcado carácter artesanal muy personal. Esta semana precisamente os recomendaba en un post la decoración con cintas, pues bien, estos novios apostaron de lleno por ellas y acertaron. La verdad es que todo en general me ha parecido precioso en esta boda, desde los manteles de ganchillo de las mesas hasta los corazones con el nombre de los novios bordado en una cinta sujeta por un imperdible. ¿Y qué me decís del detalle de los diferentes tipos de té con corazones de distintos colores? ¡Precioso! ¿Y el vestido de la novia? Bueno, en realidad son dos pero igual de ideales. Todavía sigo pensando que me tenía que haber casado de corto… Bueno, os dejo con el post para que sigáis descubriendo detalles.
Fotografía: Our Labor of Love