NATALIA & MIGUEL: BODA CAMPERA
Natalia y Miguel se conocieron en la empresa en la que ambos trabajan actualmente, una tienda on-line de complementos y moda taurina que gestiona también todas las visitas a la Plaza de las Ventas, por lo que no es de extrañar que su boda tuviera algún guiño al sector taurino. Decidieron celebrar su boda en Villarrubia de los Ojos, un pueblecito de Ciudad Real del que es originario Miguel. Y aunque en principio no lo tuvieron my claro porque toda la gente del pueblo suele casarse allí, el hermano de Miguel les convenció para hacer algo diferente con catering y al aire libre y les pareció una idea perfecta. Natalia tuvo claro desde el principio que contaría con un servicio de organización de bodas ya que ella es de Madrid y no disponía de tiempo libre y además sabe el trabajo que supone la preparación de una boda porque estudió para Wedding Planner, así que decidieron contar con el servicio de Doquiier. La celebración tuvo lugar en el Mirador de la Mancha, un original complejo rural situado en la Sierra Calderina, compuesto por cabañas de madera y rodeado de un precioso paisaje y gran vegetación, principalmente olivos, además de un estanque y una pequeña cascada. La misa se celebró en una pequeña ermita enclavada en la sierra del pueblo, hasta donde llegó la novia acompañada de su padre a bordo de un Porche 911 descapotable, luciendo un romántico vestido de Laure de Sagazan, joyas de Aristocrazy y zapatos de Marian Love Shoes. Tras la ceremonia todos los invitados se dirigieron al lugar del banquete, celebrado en un patio manchego al aire libre y amenizado con una banda de Dixieland Jazz. La zona de baile tuvo lugar en una plaza de toros que tiene la finca, decorada con balas de paja, luces de verbena y hasta con un tractor antiguo, además de una barra de cócteles y un puesto de algodón de azúcar. Un espacio ideal en el que todos los invitados pudieron bailar con música en directo hasta la madrugada.
Fotografía: Javier Arroyo