Noviembre del 68
Ufff! No sé ni cómo empezar… estaba colgando las fotos y ya me emocionaba. Noviembre del 68, 9 de noviembre de 1968, hace ya 45 años, sí, mañana sábado mis padres hubieran celebrado su 45 aniversario de boda. Bueno, para mí, aunque mi padre ya no esté con nosotros, es como si lo celebrasen igual porque aunque no sea físicamente no hay día que no lo recordemos en casa. Pese a lo serio que sale en la mayoría de las fotos de su boda, quien lo conoció sabe que era una persona muy divertida, siempre con sus bromas, sus guiños, sus achuchones y sus abrazos. Qué voy a decir yo de él si era su ojito derecho (y él el mío)! Mis padres fueron pareja toda la vida, nacieron en el mismo pueblecito de Soria y allí se enamoraron, luego en su adolescencia los dos emigraron a Barcelona en busca de un futuro mejor y allí siguieron con su relación hasta que pudieron casarse. Pese a que en su época la gente se casaba más joven, mi madre no lo hizo hasta los 30 ya que era de las que hasta que no tuviera el piso pagado no se casaba (rarezas que tiene una). He querido rendirles mi particular homenaje hoy en el blog, a ellos y a su relación, que pese a tener sus altibajos (como todas en las que hay amor del bueno), nunca dejaron de amarse ni de estar juntos. He seleccionado unas pocas fotos del día más importante de sus vidas, del que tampoco sé grandes cosas pero sí que el día anterior diluvió toda la noche (imagino que por eso mi madre sale con cara de preocupación en la mayoría de las fotos) o que eligieron ese día por su canción preferida ‘Un ramito de violetas’, de la cantante Cecilia. Se casaron en la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de Barcelona y el banquete lo celebraron en el Restaurante Diagonal-Can Soteras, todo un clásico de la época. Allí también celebraron sus Bodas de Plata. Mi madre todavía conserva su vestido y creo que también el velo y a mí me gusta ver una y otra vez el álbum de su boda cuando voy a su casa, miro y remiro las fotos e imagino cómo fue ese día y qué estarían pensando o sintiendo ellos en ese momento y me emociona pensarlo y pienso qué pensarán mis hijos cuando dentro de unos años vean las fotos de mi boda, aunque ellos tuvieron la suerte de acompañarnos ese día y de vivirlo junto a nosotros, quizás por eso Mauro, el mayor, me preguntaba anoche que dónde estaba yo el día de la boda de mis padres… Bendita inocencia! Papá, donde estés, mi post de hoy va por ti… por vosotros… siempre.