La semana pasada me llegó un correo de una seguidora, Almudena, por una parte nos felicitaba por el blog y por las ideas que en él encontraba para preparar su futura boda pero, por otra, me comentaba su desilusión al comprobar la escasez de información que existía en la mayoría de blogs sobre bodas de otoño-invierno, celebradas en hoteles de ciudad y en horario matinal. La verdad es que me quedé pensando en ello y vi que tenía razón, así que le prometí buscar una boda que cumpliese todos sus requisitos. Y aquí os la traigo, se trata de la boda de Samantha y Ben, celebrada en el Elysian Hotel de Chicago. La verdad es que una boda de hotel no tiene porqué ser muy diferente a una boda al aire libre, ya que la decoración se puede adaptar a las dimensiones de los salones y la fiesta puede ser igual de divertida, y aunque particularmente me gustan más las bodas de exterior, en según qué época del año está claro que no te puedes arriesgar. Samantha y Ben supieron aprovechar el espacio y dar un toque sofisticado a la decoración, centrándose principalmente en el menaje, combinándolo de forma muy acertada con los centros de mesa de cristal y flores en tonalidades liláceas. Para dar calidez a la sala optaron por la iluminación con velas. Me ha encantado la idea de enmarcar el pasillo de la ceremonia con jarrones de cristal de diversas alturas con velitas flotantes en su interior. ¡Queda precioso! ¿Y qué me decís de la lámpara de cristal del techo?… ESPECTACULAR. Otros detalles que destacaría son el ramo de orquídeas de la novia y el micrófono de aire vintage de la banda de música, un pequeño guiño a los 50. Ah! Me olvidaba comentar otra de las ventajas que tiene casarse en un hotel y es que al finalizar la fiesta sólo tienes que montarte en un ascensor para llegar a la habitación, donde seguro que os esperará alguna sorpresa más…
Fotografía: Kevin Wenstein